Ahora que vi la película "La noche de la expiación" me trajo recuerdos infantiles.
Cuando niño, había muchos terrenos baldíos, los grupos de teporochos llegaban hasta quince cabezones y se dedicaban a gritar, insultar, maldecir y pedir dinero para seguir tomando y orinando en la calle. Algunos de los apodos que recuerdo de estos caballeros eran: "El Gato" y "La Licuadora" (por su movimiento involuntario en todo el cuerpo).
Pero en época de fiestas se ponía feo.
Había que llegar temprano y con prisas por que los escuincles comenzaban a medio día sus torneos regionales de futbol callejero con especial gusto en pegar a puertas, carros y personas. Otros chamacos disfrutaban echando cuetes a los pies de las personas, a las coladeras y a los perros (Incluso llegaban a cerrar la calle para jugar volybol)
Al oscurecer comenzaba la ingesta de bebidas alcohólicas en vía pública y en las esquinas los jóvenes quemaban llantas dejando un agradable sensación en el aire y en los pulmones de un polvo muy fino de cenizas y caucho quemado (la vez que se quemó la llanta de un metro sentí algo parecido).
Y entonces comenzaba la pirotécnia en serio, lo cual hacía difícil conciliar el sueño aún con puertas y ventanas cerradas.
En ese tiempo vivía en el barrio el cantante Gualberto Castro y Macaria. en una casa muy bonita... pero no se por que se fueron.
Noche Mexicana
18 de septiembre de 2016
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