Esquincaaventuras

5 de marzo de 2015



Por Chucho Gallegos

Columna ¿Que, qué?

Publicada por el periódico Basta!

Le comento que no he tenido la oportunidad de entrevistar a Antonio Esquinca, este joven productor de programas radiofónicos de moda, además conducido por él. Nunca he cruzado palabra con él porque no se ha dado la oportunidad y desconozco cómo es en persona, pero colegas que sí han hablado con él me dicen que el comunicador lo menos que tiene es sencillez y humildad, que es soberbio, poco atento, prepotente y con aires de yo me como el éxito a puños. No tiene la menor importancia el carácter personal de Esquinca, sino que machaca a la muchedumbre principios morales, espirituales, pureza, armonía y equidad en su mundo de angelitos, pero el joven actúa, es un actor camuflado. La madurez lo rescatará.

LAS DOS CARAS DE ESQUINCA

La siguiente historia, contada por personas cercanas al productor en algún momento de su vida, es significativa. Hace cuatro años en el Fraccionamiento Ajusco que está después de Six Flags, Antonio se metió a una casa abandonada, en obra negra y se dio a la tarea de concluirla, colocando puertas, ventanas, etc. De repente, púmbale, llega el dueño de la casa y que lo saca. Incurrió en allanamiento de morada y otros delitos. En una palabra, citar casos como éste describen su personalidad. Estos señores de seguridad añaden que el joven es impaciente y que se molestaba porque tardaban segundos en subir la pluma de acceso y protestaba molesto, pero sin derecho. No paga las cuotas de mantenimiento y a cambio se creía Juan Camaney. Bueno, éstas son algunas de las Esquincaaventuras, pero esta enfermedad, llamada juventud, se cura con el tiempo.


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