Carta dirigida a Pancho Pantera, Tigre Toño y amigos

22 de septiembre de 2014



Estimados amiguitos:

Todavía me cuesta mucho trabajo digerir la noticia de que sus anuncios no podrán salir al aire antes de las siete y media de la noche.

Y me cuesta trabajo porque yo crecí con ustedes.

Desde “Este es el trenecito del Chocolate Express“ hasta el “Recuérdame…”, de Gansito Marinela.

Sin olvidar al simpatiquísimo Tigre Toño y demás personajes en los productos infantiles.

Para mí ha sido un golpe muy duro.

Y la verdad no se a quién echarle la culpa…

A ustedes o a la COFEPRIS…

A ustedes, por el contenido de sus productos.

A Cofepris por ser la nana de los niños y los jóvenes mexicanos sin necesidad que sea.

Les explico por qué:

Tengo sesenta y seis años.

Nací antes de la televisión.

Conocí a todos estos productos desde el día que nacieron.

Mi mamá los compraba y mi hermano Manuel y yo los consumíamos.

Me acuerdo perfectamente bien cuando nació Zucaritas.

El gusto que a mi hermano Manuel y a mi nos dio, no tienen idea.

¡Finalmente íbamos a dejar de desayunar los aburridísimos Corn Flakes y Rice Crispies!

Finalmente, íbamos a desayunar Corn Flakes ¡azucarados!

¡Qué maravilla!

Y luego cuando nacieron los Gansitos…

Mmmmmm ¡Qué ricos!

Y así puedo alargar esta carta semanal contándoles de todas las experiencias que viví en mi infancia y juventud con todos estos productos.

Sin embargo, les tengo que confesar algo:

Por lo menos, en mi generación, el noventa y ocho por ciento de los niños ¡no fuimos obesos!

Veíamos los anuncios por la tele, los productos los consumíamos en el recreo o en las tardes y la verdad…

¡No había la bestialidad de niños obesos como los hay ahora!

Y la verdad, no sé por qué…

Me imagino que será porque los niños de ahora se atascan más.

Pero de ahí viene mi siguiente pregunta:

¿Este atasque es culpa de los anunciantes o… de los papás?

¿Ustedes creen que los niños de ahora, tienen tanto dinero para gastar en esas cosas?

Yo creo que no.

Entonces, yo —como publicista— me pregunto lo siguiente:

Si los anuncios de cigarros están súper restringidos en televisión y radio, y el consumo de estos no ha bajado drásticamente entre la población…

¿Ustedes creen que con esta nueva ley se bajará la obesidad?

Ahí está el detalle…

Yo, la verdad, no tengo la menor idea.

Lo que si sé que les va a pasar a estos anunciantes es que en un futuro muy cercano su estrategia de comunicación se modificará drásticamente.

Ahí estará el reto maravilloso de los anunciantes y de sus agencias.

El cómo no perder muchísima participación de mercado.

Y por último, también me entra una duda:

Si el producto que representan es una basura ¿por qué las autoridades permiten que se fabrique?

Y si el producto no es una basura ¿por qué no permitirle al anunciante, anunciarse dónde quiera y a la hora que quiera bajo su propia responsabilidad?

Y si el producto fuera media basura ¿por qué no dejarle la elección de compra al consumidor y a sus padres?

Respuestas muy complicadas de contestar.

En fin, mis queridos amiguitos…

Mientras sean peras o manzanas…

¡Los voy a extrañar!



Tómado de: http://diariojudio.com/opinion/carta-dirigida-a-pancho-pantera-tigre-tono-y-amigos-bye/76599/


2 comentarios :

Dunkix dijo...

Interesante reflexión. En una ocasión llegué a la conclusión de que la obesidad no tiene que ver con lo que comemos sino con la actividad física que ya no realizamos. Mis abuelos crecieron comiendo tortillas, tamales y frijoles fritos con manteca, Atoles de masa, chicharrón de cerdo, etc... y no eran obesos...

Checoblog dijo...

En el metro había una enorme fotografía con hamburguesas, pizzas, refrescos y pasteles para advertirnos que comiéramos sano.... y me preguntaba ¿La mayoría de la población tiene la economía suficiente para comprar eso? ¿No será plan con maña para hacernos creer que lo que nos sobra es comida?