El Doctor I.Q.

7 de septiembre de 2015



Jorge Marrón Erostarbe era un joven Locutor Veracruzano que crecía profesionalmente al paso de las importantes radiodifusoras XEB, XEW, XEQ y posteriormente la XEX.

Yo recuerdo el revuelo que provocó la transmisión del primer control remoto que en 1950 junto con su auxiliar Gabino Carrandi hizo en pleno vuelo a Acapulco desde un DC 3 de Aeronaves de México.

Aunque el radio provocaba que la gente imaginara a sus locutores y en algunos casos a los artistas que no habían llegado a un alto nivel de popularidad, el DR. I.Q., era un caso distinto, pues debido a la publicidad, a su recia personalidad y a la transmisión de sus programas donde se presentaba en vivo, resultaba ser una imagen bastante conocida para el público en general.

El señor Marrón era dueño de una impactante personalidad pues se trataba de un hombre entre maduro y viejo, muy alto, de gran cabellera inmaculadamente blanca y de mirada penetrante que denotaba plena inteligencia.

Cuando patrocinado por la compañía Mars, S.A., fabricante de las famosas golosinas Milky Way se presentaba el DR. I.Q. en el escenario del Teatro Alameda ó en cualquier otro, en la Ciudad de México ó en cualquier otra, con Jorge Manrique a su diestra y don Oscar Azcué a su siniestra, elegantemente vestidos luciendo su mejor smoking y dispuesto a regalar dinero a manos llenas, todo ello transmitido por la XEW y por unas muy largas temporadas.

Entre el lunetario y balcones igualmente vestidos, Jesús Elizarrarás, Antonio Azcué, Ignacio Arellano y Guillermo Rivas equipados con sendos micrófonos portátiles contestando a las palabras del señor Marrón: Arriba a mi izquierda….Aquí tenemos a un caballero, doctor…..Con mucho gusto le entregarán en propia mano la cantidad de cincuenta pesos si responde correctamente a la pregunta que le voy a formular…..y el DR. I.Q., hacía la pregunta y el entrevistado(a) recibía su dinero si contestaba acertadamente.

Y después sería: Abajo a mi derecha ó Abajo a mi izquierda y la verdad es que sus programas eran muy emocionantes y en cierta forma colaboraba con crear en la gente el deseo y la necesidad de cultivarse.

Pues resulta que un buen día, a principios de 1959 entró una llamada telefónica a casa pidiendo hablar con quien esto escribe. Una vez que tomé la bocina e inicié las frases de rigor, me sacudió una rara emoción porque no dudé de que quien me hablaba era ni mas ni menos que el Dr. I.Q., quien me dijo que deseaba hacer una cita conmigo porque me quería encargar el Proyecto Arquitectónico y la construcción de su nueva casa y que de antemano me felicitaba porque había recibido muy buenas referencias mías.

Total que nos entrevistamos en su departamento de las calles de Dr. Vértiz, tuve el gusto de conocer a su esposa, me llevó a conocer su terreno en la calle de Ex Arzobispado a un lado del Observatorio de Tacubaya, me dio toda la información requerida para elaborar el Proyecto y ya sin ninguna duda, me puse a trabajar.

La oportunidad de corresponder a su confianza me permitió ofrecerles un proyecto que les resolvía todas sus necesidades, en especial una parte muy importante de la casa que era un espacioso salón en donde leía y seleccionaba su correspondencia con relación a su programa. Ahí mismo elaboraba y daba orden a sus preguntas que de ser contestadas merecerían el premio en atractivas cantidades.

La casa se terminó y fue felizmente ocupada. En contraste, nació una muy apreciada amistad que cultivamos por ambas partes y por el tiempo que nos permitió la vida hasta que don Jorge Marrón Erostarbe vivió su último día.

por Gabriel Abaroa Martínez



Nota del Checoblog:

Recuerdo al Doctor IQ como un señor muy gruñón que se desesperaba fácilmente con los concursantes en su programa de TV, pero de alguna forma lo entiendo, ya era un hombre mayor y tenía poca paciencia con los participantes.

En los setentas tuvo una participación en el disco de "Quico"




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