Democracia Subterránea

2 de julio de 2012


Qué lindo es ver a toda la gente en el Metro con sus dedos pulgares marcados de negro, en señal de que salieron de sus casas el domingo para acudir a sus casillas a votar. Todos o la gran mayoría lo exhibe con gran orgullo mientras se desplazan de Taxqueña a Cuatro Caminos. de Universidad a Indios Verdes, de Tacubaya a Pantitlán y de Buenavista a Ciudad Azteca. Incluso en los recorridos de prueba de Mixcoac a Tláhuac se dejaron ver las huellas manchadas de democracia.

Yo iba agarrado en el tubo con el puño apretado pero con el pulgar extendido para que todos lo vieran que me levanté temprano para ir a votar y para que que aquel que lo hubiera olvidado. recordara al ver mi mancha que tenía que decidir el destino del país con cinco minutos dentro de una diminuta cabina, en donde tacharía la opción menos peor para gobernar a México.

De entre los que se veían con el dedo pintado, sólo me imaginaba con verlos por quién habrían votado. Ese, que se ve de altiro paisano, ha de haber votado por López Obrador, de seguro. Esa, la del poco pudor, de camisa entallada y lonjas desbordantes, ha de haber tachado a Josefina sólo por el hecho de ser mujer. El chaca aquel, con el pelo rapado y la ceja depilada, ha de haber votado por Pena Nieto el muy naco. Y ese, no, ni madres, no creo que nadie haya votado por el tal Gabriel Quadri.

Y así todos ibamos comparando la marca de la democracia, mirando feo a aquel que no la trajera impresa en el pulgar, como para obligarlos a no des-oir el llamado del futuro y que fueran a las urnas a emitir su veredicto. Fueron tantos que yo creo que la tasa de abstencionismo este año no fue tan fuerte como en años pasados.

Nos leemos mañana


Por PERRO CALLEJERO

Columna que se publica de Lunes a Viernes en el periódico Basta!


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