Volver al futuro - PARA VAGONES... Yo

19 de mayo de 2012











Al despertar de mi sueño etílico de monas de sabores y ácidos debajo de la lengua con sabor a coco, me encontraba yo desparramado en el piso de uno de los trenes que en ese momento pasaba por la estación San Cosme, cuna de la civilización moderna y sede definitiva de la cultura mundial.

El foco de mis ojos estaba desconchinflado, señal de que ese supuesto ron cubano que me dieron a beber era un agua loca peor que las que bajan el promedio allá por la FES Acatlán. Tardé un rato en poder ver claramente mi horizonte y desaparecer esa nube blanca que me hacía sentir como en cierta novela de Saramago, que no citaré por constituir ya un lugar común.

¡Ay, güey! Cuando caí en cuenta de mis propios sentidos, lo que vi frente a mí me sacó más de onda que cuando me dijeron que me había dado la enfermedad conocida como Flor de Vietnam por andar en los congales de Avenida Central, allá por los rumbos de Ecatepec, Estado de México. Línea B, para los que no sepan de geografía moderna y geopolítica universal.

Se trataba de cuatro monos vestidos como soldados en traje de gala, con sacos multicolores con corte frac, insignias en el pecho y las reglamentarias cadenas que van de un costado a otro, con las tradicionales hombreras con flequitos que tan puñales se ven, pero que de alguna manera hacen ver a los soldados bien elegantes.

¡Ah, chingá! Son los Bicles, pensé, yo al recordar aquel disco del Sargento Pimienta en el que todo el mundo aparece en recortes detrás de los cuatro integrantes del cuarteto. ¡Y están en el Metro conmigo!
Le seguimos mañana.

Por  PERRO CALLEJERO


Como se publicó en el diario Basta!
(Columna cotidiana que recomiendo)



2 comentarios :

Dunkix dijo...

Yo también los vi, por el Zócalo hace unas semanas... ¿Será una alucinación colectiva como la que nos hizo creer a muchos que existió una serie llamada Señorita Cometa?

Checoblog dijo...

En otra columna, que ya no pude rescatar, el Perro Vagonero relata como vió frente a frente a Steve Jobs en el Metro Polanco.

Por supuesto, Jobs se hizo el indiferente para no revelar su identidad.

Hablando de personalidades, un día vi a Margarito comiendose una tortita en el metro Hidalgo.

(Torta de pan, desde luego)