Periodismo

18 de abril de 2011



En días pasados se celebró el Día Internacional de la Mujer y recordé una historia (por respeto no profundizaré en muchos detalles)

Hace muuuuuchos años, acompañé a un amigo a llevar su auto al taller mecánico, extrañamente la reparación tomó menos tiempo de lo planeado y mi cuate decidió pasar a saludar un amigo que vivía por el rumbo.

Nos recibió muy bien y nos invitó a comer, pero pidió paciencia por que esperaba al instalador de cablevisión, mientras tanto trajo unos tragos y empezamos a platicar en la sala.

Era época de elecciones y hablamos de lo normal, que si no ganó el que ganó, que si hubo fraude, que si su partido va a ganar (el anfitrión era un funcionario orgullosamente priísta y gozaba de bastantes privilegios) al fin llegó el instalador y subió con él a la azotea dejándonos solos en la sala.

Al poco tiempo, la esposa del anfitrión, que había escuchado la plática, se acercó tímidamente para preguntarnos si estudiabamos periodismo, respondimos que no, aunque de alguna manera la comunicación se relacionaba con la prensa.

Tomó asiento en el sillón vacío y comenzó a platicar su historia con mucho entusiasmo.

Había estudiado periodismo, aunque no ejercía su profesión, su Papá fue un aguerrido periodista del norte de la República y casi pierde la vida denunciando en el Periódico local al Gobernador del Estado por lo que después de muchas presiones tuvo que emigrar al DF.

Nos contó los problemas que sufrió su padre y todas las aventuras en que se metió por defender sus ideales.

En eso, llegó el marido y le gritó :

- ¡A ver si dejas de estar platicando y te pones a hacer la comida! -

- Bueno, en otro momento platicamos - dijo apenada y se levantó hacia la cocina.

Mi amigo se disculpó con mucha cortesía y dijo que ya era tarde y no podíamos quedarnos a comer, pero que en otro momento, con todo gusto.

0 comentarios :